Después del amplio reportaje
dedicado al Mundial de vela de clases olímpicas en nuestro último número
continúan sucediéndose los acontecimientos en Santander y pocos son positivos.
La cita, que se celebra en septiembre (del 8 al 21) en la capital cántabra, no
corre peligro. No se puede caer en el alarmismo, pero desde luego vive una de
sus semanas más críticas y decisivas. A menos de siete meses de su celebración
la Federación española de vela necesita algo menos de un millón y medio de euros
para que se dispute el Mundial. Si simplemente se quiere cubrir el expediente
quizá pueda llevarse a cabo con menos dinero.
La organización, Federación
española de vela, es quien tiene que reunir el dinero, que en teoría debe salir
de patrocinadores privados. De no cubrirse el presupuesto, las instituciones
deberían rascar el bolsillo, un poco más, de todos los contribuyentes. En este
caso, el Ayuntamiento de Santander y su alcalde, Íñigo de la Serna, que es
quien más apostó por el Mundial, tendrán que solucionar el entuerto, aunque no
sea su obligación. Tanto el edil, como el Consejo Superior de Deportes, que en
su momento eludió aportar cerca de dos millones de euros a la prueba, están
intentando echar una mano a la RFEV para que encuentre un patrocinador. El
consorcio creado por el Ayuntamiento, Gobierno de Cantabria y Autoridad
Portuaria, sí que puso dinero para la construcción de las infraestructuras,
Duna escalonada y acondicionamiento de los muelles.
Los “ceses” de Elena de la
Gándara, que estaba gestionando la comunicación del evento, y del director técnico
del Mundial, Ion Echave, han sido uno de los últimos contratiempos. Ambos se
han marchado por diferentes problemas, aunque no definitivamente. En cuanto a
la comunicación, el Mundial podría pasar unos meses sin notas de prensa o
actualizaciones de las redes sociales, pero en el caso de Echave, el varapalo
que supone su ausencia es de dimensiones considerables en septiembre, él es la
máxima autoridad en el agua y el que está más capacitado para organizar la
actividad en los campos de regatas. Además de ser la persona de más confianza de la ISAF en Santander. Aunque es cierto que la Federación tiene
muchos problemas económicos, está ‘intervenida’ por el CSD por una deuda de
unos 800.000 euros, a Ion Echave no se le adeuda una gran cantidad. No tiene
nómina y cobra una especie de dietas. Su renuncia a seguir se debe a problemas
de funcionamiento más que a un tema económico. Un golpe encima de la mesa para ver si la organización puede
poner orden. En unos días, si aparece un patrocinador y se empieza a
reorganizar el caos, Ion Echave podría reincorporarse a su puesto de director
técnico del Mundial de vela.
La llegada de algo de efectivo y
el ansiado patrocinador (actualmente solo se cuenta con el medio millón del
Banco Santander) podría ser inminente. Tampoco hay mucho más plazo o margen de
maniobra. Estos días son cruciales para el Mundial de Santander y parece que
hay negociaciones avanzadas. Pero si continúan los problemas y la falta de
dinero, la organización (RFEV) podría renunciar a celebrar el Mundial, o bien
la ISAF podría actuar de oficio y poner fin al disparate.