Excursión en moto agua por la bahía de Santander

Entre las mejores experiencias acuáticas de España según Aladinia.com está el paseo en moto de agua por la bahía santanderina.

La vuelta a España en SUP


El aventurero español Antonio de la Rosa afronta un nuevo reto: la vuelta a la península ibérica en paddle-surf. Inició la aventura el pasado miércoles 7 de junio en Fuenterrabía (Guipúzcoa). Su intención es remar con su tabla de paddle surf los 3.500 kilómetros de costa de la Península Ibérica este verano.


Amor a mar de Nico Moramarco


Surfistas locales agresivos que pelean a puñetazos por lo que consideran sus olas y experiencias vitales en el agua que cambian una vida y armonizan al ser humano con el universo se dan la mano en las páginas de ‘Amor a Mar’, la primera obra literaria de Nico Moramarco. Surf y vida en un trabajo que recuerda también la explosión de la cultura surf en el norte de España.

“Cuando empecé a surfear en San Diego allí había mucha tradición y también montones de gente en el agua, eras anónimo, uno más. Aquí en Cantabria todo el mundo se conocía y en los Bajos de El Sardinero en los años noventa todo el mundo se saludaba. Tuve suerte de que aquella comunidad de surfistas me arropara y me enseñara las mareas, dónde surfear, me llevaran en coche con mi tablón... Hay dos caras en el mundo de las olas, por un lado los que disfrutan y comparten, pero no hay que olvidar que se compite por un recurso limitado y hay muchos egos... Esto puede ser como conducir en la carretera. Ser surfista no quiere decir que seas buena persona, hay de todo, aunque cualquiera que se haya deslizado con la energía del océano siente algo especial casi indescriptible”, explica el autor de ‘Amor a Mar’.

Nico Moramarco lideró el grupo ‘Empty Head’ durante dos décadas, una banda que siempre estuvo vinculada al mundo del surf. Precisamente, la banda tocará este verano en el Cosmic Children Festival celebrando sus 20 años. Ahora este poeta estadounidense presenta su primer libro en castellano y en él también tiene una presencia destacada el surf. Este jueves 18 de mayo se presenta el libro en la Sala V de la Librería Estvdio de la calle Burgos.


El autor llegó a Cantabria en otoño de 1994 con un tablón Murphy como equipaje y una beca de poesía. Llegaba procedente de la gran cuna de la cultura surf, California, y se enamoró de esta tierra (y también de una cántabra) hasta asentarse en España definitivamente. Músico, presentador de televisión, locutor de radio, columnista, compositor, profesor de inglés, surfista... Siempre fluye con la vida y su poderoso torrente le ha llevado a lugares realmente inesperados. En la novela corta que se incluye en ‘Amor a Mar’ se relata precisamente la llegada a Cantabria de un poeta americano… ¿Una historia ficcionada?. “Yo digo que es autobioficción. Empecé a escribir esta historia hace casi 20 años, pero he añadido más escenas de surf porque el protagonista lo practica, como yo en aquella época. En el libro hay mucho de mis experiencias y viajes”. La novela corta comienza con una descripción de la ciudad punzante y certera: “En Santander la gente pasea conteniendo su alegría…”. Moramarco matiza su texto: “Cuando salí de Estados Unidos estuve en México y Granada antes de aterrizar en Santander, así que fue un choque cultural bastante fuerte en ese aspecto y me llamó mucho la atención, pero luego he ido comprendiendo el carácter reservado de los cántabros y que no eran antipáticos ni mucho menos. En definitiva, el libro es un homenaje a esta tierra y a los cántabros, muchas veces parezco Revilla hablando de Cantabria, pero con acento de Estados Unidos. Cuando llegué de California todo el mundo se extrañaba y me decía, pero qué haces aquí… Yo estaba encantando y pensaba, pero qué dicen ellos si aquí se está de maravilla”.


El surf como telón de fondo o de manera directa está presente en cada página, pero al final el escritor reflexiona sobre cuestiones mucho más profundas. ¿Cuál es nuestro lugar en el mundo? ¿A qué playa nos lleva la ola de la vida? El amor, la amistad, las fiestas locas de los estudiantes extranjeros, el choque cultural de un estadounidense en la España de los años noventa, la incipiente cultura surf que comenzaba a asentarse en el norte del país... Muchos temas narrados de manera divertida por un autor que tiene la sensibilidad del poeta y la pedagogía del profesor. Nico Moramarco transmite todo aquello que el surf le enseñó sobre la vida o todo aquello que la vida le mostró sobre el surf... Amigos, tablas y rompientes de olas maravillosas. ¡Remen y lean!

Citroën, más que coches


Además de automóviles icónicos como el Méhari o el 2CV, Citroën cuenta en su haber con otro tipo de creaciones: tractores, autobuses e incluso un monoplaza o un helicóptero. El espíritu innovador de la marca ha dado a luz modelos inverosímiles a lo largo de toda la historia. Citroën no es una marca convencional y siempre destacó por se innovadora y romper con los esquemas. Lo que quizás no todo el mundo sepa es que la filosofía innovadora de la marca traspasa la frontera del automóvil. Citroën va más allá de las cuatro ruedas y sus diseños han salido de las carreteras a diferentes terrenos, como el campo o… el cielo.

A lo largo de los años, diferentes modelos de Citroën ocupan algunas de las páginas más destacadas en la historia del automovilismo. Pero las carreteras de medio mundo han sentido sobre su asfalto más que míticos modelos de coches, y es que, desde finales de los años 20 hasta principios de los 60, Citroën fabricó autocares. Y los incorporó en las más de 150 líneas con que contaba la sociedad de transportes Citroën, creada por la marca en 1931.


Quizá el modelo de autocar más representativo de la marca fuese el Autocar Citroën U23. Carrozado por Besset en 1947, tomando como base un camión Citroën U23, estaba impulsad por el motor del Traction de 11 CV y tenía capacidad para 20 personas sentadas y otras 8 de pie.

Durante la Segunda Guerra Mundial, Citroën desarrolló también un tractor con 7 CV y cuatro ruedas motrices, el Type J. Antes, la marca ya había producido pequeños tractores agrícolas derivados del Tipo A, el primer automóvil Citroën fabricado en serie.


Unos años más tarde, en 1965 se gestó la incursión de Citroën en circuitos de alta competición. Fue de la mano de Maurice Emile Prezous, un ingeniero propietario de un concesionario de la marca. Prezous decidió crear su propio monoplaza de carreras basándose en los automóviles que él mismo vendía. De este modo, nació el MEP X1, una primera versión que evolucionó hasta el MEP X2, capaz de alcanzar los 190 km/h. Fue en 1971 cuando la marca decidió dar el paso y trabajar en el diseño inicial dando a luz el Citroën MEP X27, que tomó como base el conjunto motor/caja de cambios del Citroën GS y que alcazaba los 200 km/h. Se llegaron a fabricar 80 unidades de este modelo, que se pudo ver sobre los circuitos hasta 1975.

Aunque, sin duda, el diseño más atrevido y que mejor demuestra la capacidad innovadora de Citroën es el Citroën RE 210. Este biplaza tenía la potencia, calidad y confort de otros modelos. La gran peculiaridad que atesoraba era que no era un coche sino un ¡helicóptero! En lugar de recorrer las carreteras surcaba los cielos, desde que en 1975 efectuase su primer vuelo. Se encuentra conservado en perfecto estado en el Conservatoire Citroën, en Francia.

El circuito de Hungaroring


El circuito húngaro de Hungaroring es uno de los tres más veteranos de la Fórmula 1, junto a Montecarlo y Monza. Ha cumplido este verano su 30 edición y ha renovado hasta 2026 por lo que su presencia está garantizada durante la próxima década.

Fue el primer circuito que se construyó tras el Telón de Acero. Entre las muchas pistas de carreras modernas construidas en un estilo uniforme, Hungaroring representa una tradición más antigua, el estilo clásico que ha ganado un valor extra con el paso del tiempo. Es muy popular entre los pilotos y los equipos.

La pista se encuentra en la localidad de Mogyoród. "El valle y el entorno es precioso y la proximidad de la capital es una gran atracción para todo el mundo. En cuanto a la pista, durante las vacaciones de invierno recibió una nueva superficie de asfalto, como la primera fase de los planes de desarrollo inmobiliario", dice Zsolt Gyulay, CEO presidente de Hungaroring, que fue campeón olímpico en dos ocasiones y miembro del Comité Olímpico.


Aunque no ha habido un piloto húngaro en Fórmula-1 en los últimos años, los espectadores húngaros son muy importantes para el Hungaroring, y participan con entusiasmo.


En este circuito de Hungaroring se han producido grandes gestas, como la victoria de Nelson Piquet en la primera carrera que se celebró aquí, contemplada por casi 300.000 espectadores. También se recuerda cómo Nigel Mansell (que siempre celebró su cumpleaños en estas fechas y una vez consiguió un caballo de carreras llamado Skala como regalo) perdió una tuerca de rueda y con ella la carrera de 1987. También Damon Hill tuvo mala suerte cuando en la última vuelta, debido a un problema técnico la victoria se escapó de sus manos (1997), al igual que las grandes batallas libradas en el asfalto entre Alain Prost y Ayrton Senna. Se recuerda igualmente la primera victoria bajo la lluvia de Jenson Button que forma parte de la historia de la pista de carreras al igual que Michael Schumaher o Lewis Hamilton con cuatro victorias en el circuito húngaro, respectivamente, o Sebastian Vettel, para quien Hungaroring había sido durante mucho tiempo un castillo no conquistado, hasta que finalmente ganó su novena victoria en los Estados Unidos, el año pasado. Fernando Alonso ganó su primera carrera en Budapest en 2003 y siempre ha tenido especial cariño a este circuito.


Curiosamente el Gran Premio de Hungría se disputó por primera vez el 21 de junio de 1936 sobre un circuito trazado en un parque cerca del centro de Budapest. Los constructores Mercedes-Benz, Auto Union y Ferrari enviaron tres automóviles cada uno y el evento atrajo a una gran multitud. Sin embargo, la política y la inminente Segunda Guerra Mundial significaron el final de las competencias automovilísticas por más de cincuenta años.

El primer Gran Premio de Fórmula 1 disputado al otro lado del telón de acero fue el Gran Premio de Hungría de 1986, en el autódromo de Hungaroring en Mogyoród, cerca de Budapest. Al igual que ocurría con el Gran Premio de los Países Bajos, al cual sustituyó, Gran Premio de Hungría se disputa a mediados del verano europeo. Debido al clima de esa región, la primera carrera en que llovió fue la de 2006. El Gran Premio de Hungría atrae aficionados de diversos países de la región que no tienen un Gran Premio local, por ejemplo de los países escandinavos y los de Europa del Este. La Fórmula 3000 Internacional y luego la GP2 Series han disputado carreras preliminares en cada edición a partir de 1998.