Siempre
hubo futbolistas con estudios e intelectuales, con otras inquietudes que iban
mucho más allá del balón. Incluso existe una rara
avis del futbolista escritor,
que se puede acotar todavía más: el portero escritor. A esa estirpe pertenece
Carlos Bribián y tiene al francés Albert Camus como su miembro más reconocido... Los guardametas son los jugadores diferentes, espectadores privilegiados del
juego. Ellos pueden narrar mejor que nadie lo que ocurre en el césped, aunque al final siempre les dejen solos ante el peligro. Los arqueros de alguna manera se convierten en
atentos observadores de la vida porque el escritor, el narrador, no inventa
nada, simplemente ordena con palabras más o menos bonitas lo que ha ido
recogiendo como una esponja. Rescatamos aquí un interesante reportaje
realizado por el periodista Fran Díez, que
entrevistó en su casa de Ontoria al escritor aragonés justo antes del Mundial
de Alemania en 2006, país en el que vivió muchos años.
Es
curioso que en la actualidad la figura de Carlos Bribián haya quedado un tanto olvidada en esta
era de la sobreinformación, pero resulta increíble que un ex futbolista lograse
ser finalista del prestigioso Premio Planeta en 1959 con su primera novela. Una historia que hoy
ocuparía muchas portadas. “Hoy día se desinforma", asevera durante la
entrevista... Y diez años después el periodismo deportivo en España ha
empeorado hasta cotas difícilmente superables. Aquella novela, titulada
'Buck', se ambientaba en Nueva York y en las redacciones de los periódicos
estadounidenses en los que el protagonista trataba de hacerse un nombre. Su segunda novela, 'La huída' (1960), fue finalista del premio Café Gijón. Solamente escribió otras dos obras de ficción, todas ellas reeditadas en 2006.
Carlos
Bribián inició su carrera como futbolista en el Imperial de Murcia, pero luego
pasó por muchos clubes: Atlético Aviación, Logroñés, Burgos, Cartagena y Naval
de Reinosa. El conjunto cántabro militaba entonces en una Tercera División similar a la
actual 2ªB. Después siguió ligado al fútbol como entrenador y se sentó en el
banquillo de clubes como el Leganés y el Getafe, en aquellos tiempos mucho más modestos que en
la actualidad. Su manera de expresarse, los conocimientos que tenía del deporte
y un gran ingenio para plasmar el fútbol por escrito enseguida despertaron el
interés de los medios de comunicación. Del fútbol dio el salto al periodismo y
posteriormente a la literatura. Durante muchos años fue corresponsal en
Alemania del muchos medios españoles: diario Marca, AS, la cadena SER o ABC y
cubrió seis Mundiales de fútbol, incluyendo el de España 82. El diario Pueblo
denominaba con gracia al habitual corresponsal en el extranjero como "nuestro
venido especial".
El
escritor y periodista fue nombrado Hijo Predilecto de Binéfar (Huesca), su
localidad de nacimiento, en 2013. Antes tuvo infinidad de reconocimientos como
la Cruz de Caballero de la Orden de Cisneros (1972), el Diploma Olímpico a la
información en los XX Juegos Olímpicos (1972), Medalla de Plata de la Unión de
Periodistas Deportivos de España (1985) o Botón de Plata de la Verband
Deutscher Sportjournalisten (1987).