El Mundial de vela de Santander fue un
inesperado éxito social en el que se volcó toda la ciudad. Con el cadáver todavía
fresco, la Universidad de Cantabria ha decidido pisotear las pruebas queriendo
dibujar una realidad fantasiosa. Un peculiar CSI que quiere cambiar el
escenario de un asesinato para transformarlo en el de una fiesta del amor. Siempre
estamos con las cuentas de la vieja y los cuentos de los políticos, que en esta
ocasión se han fundido en un novelón firmado por el profesor de Economía David
Cantarero.
La Universidad de Cantabria era la
encargada de realizar este estudio sobre el impacto económico del evento. Algo
habitual en este tipo de acontecimientos. Por lo menos no ha costado un euro, ya que se pagaba
con publicidad a la institución académica durante la celebración del Mundial.
En los peores meses que vivió el
Mundial organizado por la Federación Española de vela, incluso llegó a peligrar
su celebración, ya se anunciaba que el estudio de impacto económico sería muy
favorable. Lo contrario sí que hubiese sido una sorpresa. Todos sabían que sería
grandilocuente y desproporcionado. Que este estudio iba a ser un monólogo de
humor estaba cantando, pero ha superado todas las expectativas hasta resultar
hilarante… Tal vez, hasta contraproducente para el Ayuntamiento de Santander,
cuyo alcalde, Íñigo de la Serna, ha sacado pecho. Un Mundial que había sido un
éxito de público y algo importante para una disciplina minoritaria dentro de un
deporte que no es de masas. El Mundial de clases olímpicas no es la Copa del
América o la Volvo Ocean Race, por poner solamente dos ejemplos de regatas con
mayor seguimiento mediático.
El Mundial de Santander queda ahora
ridiculizado por unos inconscientes. En este tipo de eventos deportivos resulta
un milagro que no se pierda dinero público: Juegos Olímpicos, Mundiales de
fútbol o la Fórmula 1. Aquí han decidido inventarse un rendimiento económico
que no tiene ninguna actividad económica en el planeta. La empresa privada
debería lanzarse a organizar competiciones de vela. La
Universidad de Cantabria (UC) ha estimado en 37,18 millones de euros el impacto
económico que ha tenido el Mundial de Vela celebrado el pasado mes de
septiembre en Santander. Esta cifra supone que el evento ha aportado un
incremento del 0,29% al Producto Interior Bruto (PIB) de Cantabria, cuyo
crecimiento anual previsto es del 1%.
De estos
37,18 millones, cifra superior a los 30 millones generados por el anterior
Mundial de Vela de Perth, 22,2 corresponden al efecto económico directo y los
otros 15,06 millones, al efecto inducido de este evento, que ha generado 717
nuevos empleos, según la UC.
De los 22
millones, los patrocinios oficiales y las nuevas inversiones (duna de Zaera,
obras en Gamazo...) han supuesto 4.730.000 euros; el mayor consumo-ocio en la
inauguración y la clausura se ha cuantificado en un poco menos de 200.000
euros; el gasto de regatistas, jueces y técnicos ha alcanzado 4,25 millones; y
el refuerzo de ocupación turística se ha cifrado en 2,89 millones. El 'Mundial
en tierra', las casetas, ha tenido un impacto estimado de 749.000 euros.
El estudio
indica que regatistas (1.167), técnicos (554) y jueces (150) estuvieron una
media de 21 días en Cantabria con un gasto medio por persona y día de unos
125,5 euros. Ni un oligarca ruso gasta tanto estando de vacaciones.
Exageraciones a parte, la media de gasto de un turista en España es de 82,5
euros según los últimos datos. La UC asevera que es un gasto normal en este
tipo de competiciones náuticas. Y no es que los regatistas sean ricachones con
yate… Los que han llegado a Santander destacaban por ser muy jóvenes y no
precisamente gastadores en lujos. Eso sin tener en cuenta que cerca del 30% de
los regatistas que participaron dentro del programa de apoyo a la vela en
países emergentes venían a gastos pagados por la organización.
El impacto
económico por la presencia de regatistas, técnicos y jueces se ha calculado en
este estudio en base a 858 encuestas de las que se ha extraído esa cantidad de gasto:
4,25 millones. Más del 60% de ellos ha permanecido en la ciudad más de dos
semanas (la estancia media ha sido de 21 días) y el 51% era la primera vez que
visitaba Santander. El 26% se ha alojado en hoteles mientras que más del 60% lo
ha hecho en pisos de alquiler. Un 17% de los deportistas ha traído a familiares
y amigos (de los que un 37% se ha quedado en hoteles y un 53% en
establecimientos privados). Lo más atractivo para los participantes han sido el
clima, las condiciones ambientales y la amable acogida de la ciudad. El 85% de
los regatistas ha declarado que repetirá su estancia en Santander.
De los 196 periodistas acreditados de
27 países (unos años antes se habló de miles), la mayoría eran de Santander, no
había más que darse una vuelta por la sala de prensa. Incluso la mayoría eran de
esos que dicen ser “periodistas” sin ejercer en ningún medio conocido. Si no
llega a ser por la gran labor del medio más importante de la región, El Diario
Montañés, que se volcó con el Mundial, hubiese pasado casi desapercibido en
este aspecto.
Lo peor, que en todo el Mundial
solamente se recogieron quejas por las notas de prensa que no llegaron, la
ausencia de material gráfico disponible o incluso protestas en redes sociales
de periodistas de prestigio (como Pedro Sardina de ABC) que dejaron claro que
el último sábado de competición con la sala de prensa atestada no había ninguna
responsable de prensa.
En este
sentido, la UC ha estimado en 9,35 millones de euros el impacto mediático del
Mundial, cuya difusión ha sido más intensa a nivel internacional, aunque las
presencias del rey Felipe VI y del presidente del Gobierno, Mariano Rajoy,
marcaron las excepciones. La repercusión ha sido la habitual para este tipo de
regatas y competiciones, un poco mayor, pero desde luego no excesiva. El último
fin de semana de la prueba náutico en Bilbao se celebró el Red Bull Cliff
Diving (saltos desde una plataforma) que apareció en todas las televisiones con
una cobertura mediática brutal, pues bien, el impacto económico total del
evento se valoró solamente en un millón de euros.
La parte más cómica del estudio de la
UC es en la que afirma que el impacto económico del Mundial de Santander ha
sido superior al de otros mundiales que se han disputado en España en las
mismas fechas --como el de Ciclismo de Ponferrada (31 millones) o el de
Baloncesto (con sedes como Bilbao, donde el impacto ha estado "ligeramente
por debajo" del de Santander-- y ha tenido especial incidencia en el
sector servicios. Una broma que debería ponerles colorados. Solamente los 7.000
fineses que estuvieron bebiendo en Bilbao toda la semana habrán dejado más
dinero del generado en todo el Mundial de vela. Hasta el alcalde reconocía
semanas antes que no era comparable la repercusión del baloncesto con la vela.
Algo lógico que entiende todo el mundo. Un partido de la selección de
baloncesto de Estados Unidos va a tener más audiencia televisiva que una regata
de la clase Finn.
La
ocupación turística aseguran que fue del 82%, lo que supone un 30% más que en
septiembre de 2013, mientras que las oficinas de turismo también han notado un
incremento de la afluencia: de las 3.162 personas que atendieron entre el 30 de
agosto y el 21 de septiembre del año pasado, a las 13.882 de este año.
Como
un recochineo final y con las cámaras delante, el autor del estudio resaltó la
"independencia y transparencia" con la que ha realizado el mismo.
Quizá era consciente de que debía decirlo por si todo el mundo creía lo
contrario. El profesor cree que su trabajo será importe para “la posible
proyección de Santander como sede de otros acontecimientos deportivos puesto
que ahora dispone de datos reales sobre el impacto de este tipo de pruebas”.
Claro, el realismo mágico vuelve con fuerza. Cantabria es Macondo o la
Sudamérica de la política bananera.
Un
disparate semejante solamente puede ir acompañado con un apéndice al final del
estudio en el que la Universidad de Cantabria certifique que Sardi es la
mascota más popular del mundo y que ha supuesto una revolución cultural muy
superior a lo que significó Naranjito para los años ochenta.