El surf vende. Este
deporte se ha colado en los anuncios de Cola Cao y en los de coches,
da igual el producto hay que meter a un surfista que sueñe con la
libertad... Así que unimos a unos chavales tipo ‘Al salir de clase
2.0’, un poco de peli de miedo y surf e igual nos forramos
debieron pensar los productores… La idea tuvo que surgir al calor
de unas cervezas en el chiringuito con Santiago Segura -metido en el
ajo- tostándose al sol. ¿Si Georgie Dann componía letras de
espanto al calor del sol y triunfaba cómo no va a ser fácil rodar
la película española veraniega para jovencitos indocumentados? Pues
sí que debe ser complicado cuando la obra termina siendo un truño
de camping, en uno de esos cutres en los que nunca queda papel en las
letrinas. El cine español se empeña en copiar a un Hollywood en
horas bajas y termina haciendo uno de esos bolsos de imitación que
pone Ibes San Lauren o algo parecido. Tan falso y malo que resulta
ridículo hasta el extremo.
¿Si la película era de
surf por qué no contratar a un protagonista que supiera algo de este
deporte o incluso a un surfista profesional? El nivel de
interpretación hubiese sido parecido... Pues no, Raúl Mérida hizo
un cursillo rápido unas semanas antes del rodaje y listo. Lo cierto
es que hay ministros que no saben nada de la cartera que les han
asignado y no hacen ni cursillo. Así es España. Claro que el surf
es una mera disculpa, el protagonista podía haber sido patinador.
¡Dios mío qué diálogos! (Seguramente culpa de la E.S.O.). El
intento era bueno y se debe aplaudir... El resultado ya es otra cosa.
Una pena porque el director se estrenaba con esta película y desde
luego es de las que marcan una carrera... Aunque igual por eso aquí
en España le dejan firmar un episodio de ‘El barco’ o algún
desastre similar. Una serie de jóvenes genial: ‘Misfit’. Ni nos
acercamos en Spain.
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